Septiembre es un mes de cambios, vuelta a las rutinas, cambio estacional… incluso cambio emocional. Aprende a afrontarlo de la mejor manera
Muchas veces hablamos de estrés y ansiedad de la misma manera. Es cierto que hay personas que sufren de ambas situaciones que llegan a ser patológicas. Aunque si bien es cierto existe una ligera diferencia.
Hablamos de estrés cuando tenemos una situación concreta que nos produce un aumento de cortisol: un examen, llegar tarde al trabajo, no ser capaz de acabar una tarea a tiempo… El estrés en sí nos ayuda en nuestra vida a salir de situaciones en peligro. Cuando este estrés se cronifica porque no sabemos gestionar la situación, aparece la ansiedad.
La ansiedad forma parte de una situación másemocional y subjetiva pues no todos las causas de estrés pueden provocar la misma sensación de ansiedad en diferentes personas, es más, hay quien no le crea ansiedad como a otra persona que realmente sufre por ello.
¿Y por qué en septiembre aparecen más casos de ansiedad y cuadros de estrés?
La vuelta al trabajo para muchas personas es una causa real de estrés: encontrarse de nuevo con el jefe, ver a ciertos compañeros de trabajo, coger el transporte público en hora punta.
Es normal, sentir una sensación de alarma frente a lo que va a llegar después de las vacaciones donde no hay horarios, todo es en positivo, las responsabilidades son menores, etc.
Es por ello que una buena planificación y una buena adaptación a horarios nos mejorará la predisposición a cómo afrontar los primeros días en el trabajo.
Además en septiembre se le añade el hecho que entramos en otoño. Los cambios de luz afectan fisiológicamente a nuestras hormonas y neurotransmisores y puede aumentar el riesgo a padecer ansiedad.
Es importante organizarse bien y tener en cuenta que:
1. Adaptar los horarios unos días antes de empezar a trabajar.
2. Saber si tenemos predisposición a sufrir más o menos ansiedad, el cambio de horario nos afectará en mayor o menor medida .
Saber qué le ocurre a nuestro organismo es vital para poder afrontar en mejor medida la situación. Detectando ciertos síntomas podremos anticiparnos para poner remedio y evitar que la ansiedad nos cree peor sensación y mejorar así también el estrés.
Estós síntomas pueden ser
•Cognitivos: problemas de memoria , dificultad para concentrarnos, pensamientos negativos y repetitivos, ansiedad y una autocrítica constante.
•Emocionales: mal humor, irritabilidad, incapacitación para relajarse, sentimiento de soledad, e incluso depresión, si el estrés se ha convertido en algo crónico (cuando no somos capaces de relajarnos y estamos en alerta constante).
•Físicos: músculos contraídos, dolor de cabeza y/o estómago, dificultades para respirar, taquicardias, problemas sexuales, pérdida o aumento de peso, problemas menstruales y acné o eczemas en la piel.
• Problemas de conducta derivados del estrés: dificultades para hablar o expresarnos correctamente, llanto repentino o risa nerviosa, e incluso el aumento del consumo tabaco o bebidas alcohólicas.
Así como también otros signos más fisiológicos como
•Físicos: palpitaciones, falta de aire, opresión en el pecho, nudo en el estómago, cansancio, hormigueo o mareos.
•Psicológicos: agobio, sensación de amenaza o vacío, sensación de extrañeza, temor a la muerte.
• Conducta: torpeza, bloqueos o impulsividad a la hora de actuar.
Como hemos comentado antes, anticiparse y planificarse nos ayudará a reducir el riesgo. Conocer qué situación es estresante hará que podamos pedir ayuda para tener las herramientas necesarias y gestionar esta situación.
Pedir ayuda a algún familiar, a la pareja, o por qué no a algún profesional de la salud especialista, como psicólogo o psiquiatra.
Existen pequeños ejercicios que se pueden hacer para mejorar la situación y reducir el grado de estrés.
1.Cuando comencemos a sentirnos intranquilos, lo mejor es una respiración lenta, regular y profunda. Es importante parar en este momento y no llegar a tener la sensación de pérdida de control
2. Realizar deporte, ya que nos ayuda a regular nuestras endorfinas y reduce la ansiedad. En este sentido, ejercicios como yoga o pilates son muy beneficiosos para nuestro cuerpo y nuestra mente. Busca un deporte que realmente te ayude a descargar, si prefieres alguno de algo impacto o cardiovascular puede ser de ayuda.
3.Descansar y dormir mínimo 8 horas, leer un libro, tomar una bebida caliente o escuchar nuestra música.
4. Identificar los pensamientos angustiosos e intentar eliminarlos. Hacer un diario de cómo nos sentimos , escribir los pensamientos es un ejercicio de autoevaluación
5.Evitar la cafeína, el alcohol u otro tipo de drogas.
6. Alimentarnos de manera sana es clave para que nuestro cerebro funcione correctamente. Consumir suficiente fruta y hortalizas y evitar sobretodo los alimentos azucarados
7. Buscar hobbies o distracciones como salir, dibujar o leer, quedar con las amistades 1 vez al mes, nos ayudará a salir de la rutina y a gestionar el estrés y la ansiedad.
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